KABLOONAS

KABLOONAS
Burial of John Franklin. Author: me

KABLOONAS

Kabloonas is the way in which the Inuit who live in the north part of Canada call those who haven´t their same ascendency.

The first time i read this word was in the book "Fatal Passage" by Ken McGoogan, when, as the result of the conversations between John Rae and some inuit, and trying to find any evidence of the ill-fated Sir John Franklin Expedition, some of then mentioned that they watched how some kabloonas walked to die in the proximities of the river Great Fish.

I wish to publish this blog to order and share all those anecdotes that I´ve been finding in the arctic literature about arctic expeditions. My interest began more than 15 years ago reading a little book of my brother about north and south pole expeditions. I began reading almost all the bibliography about Antarctic expeditions and the superknown expeditions of Scott, Amundsen, Shackleton, etc. After I was captured by the Nansen, Nobile and Engineer Andree. But the most disturbing thing in that little book, full of pictures, was the two pages dedicated to the last Franklin expedition of the S.XIX, on that moment I thought that given the time on which this and others expeditions happened, few or any additional information could be obtained about it. I couldn´t imagine that after those two pages It would be a huge iceberg full of stories, unresolved misteries, anecdotes, etc. I believe that this iceberg, on the contrary than others, would continue growing instead melting.



jueves, 22 de diciembre de 2016

Y EL SOL SALIÓ Y ME CANTÓ - AND THE SUN ROSE AND SANG TO ME (Part 1)

(In English below)

El sol era recibido por los exploradores polares después de un largo invierno como si hubieran encontrado un oasis en el desierto después de haber pasado toda una semana sin beber agua. Dependiendo de la latitud en la que se encontraran, el sol podía permanecer escondido de su vista desde solo unos días hasta varios meses.

Hay quien dice que puedes experimentar incluso reacciones físicas cuando ves el sol ponerse por última vez justo antes de que comience la larga noche ártica. El sol significa disponer de luz, calor y tener el ánimo alto, un claro contraste con la larga noche ártica que implica siempre oscuridad, frío y normalmente, actitudes depresivas.

La aparición del sol sobre el horizonte suponía un punto de inflexión para todas aquellas expediciones que pasaban al menos un invierno en altas latitudes. No para todas, solo para aquellas que habían cruzado el circulo polar ártico. Por eso no he buscado referencias sobre este hecho en los relatos de expediciones como la de Sir John Franklin en el río Coppermine, una de mis favoritas, y otras por el estilo que nunca cruzaron el círculo polar.

El sol era siempre bienvenido con alegría por las tripulaciones de los barcos que habían permanecido atrapados por el hielo durante los largos meses que duraban los inviernos en las regiones polares. Algunas veces, su esperada salida se plasmaba en hermosas acuarelas que los propios oficiales del barco pintaban a bordo. Hace poco me he comprado una copia de una esas ilustraciones por Internet.
Fue el brillo de sus colores y la actitud de los hombres que aparecen en la escena lo que inmediatamente captó mi atención sobre ella y la que al mismo tiempo ha inspirado esta publicación. 
La imagen real que tengo en mi poder tiene en realidad colores bastante mas apagados que los que veis en la foto siguiente.

Returning sun in the Arctic regions
Likely from one of Elisa Kent Kane Expeditions published in "Sunday at home" february 1870
La ilustración proviene de una publicación de carácter religioso llamada "Sunday at home" february of 1870 (página 468). De acuerdo con la descripción, este  dibujo en particular procede de una de las expediciones de Eliza Kent Kane, el afamado explorador americano.

Pero repasemos como era el sol recibido por aquellos intrépidos y valientes exploradores del siglo XIX.

En la narración de su primer viaje como comandante a bordo de los barcos HMS Hecla y HMS Griper (1819-20), William Edward Parry describe como días antes de que el sol apareciese ordena realizar guardias para hacer observaciones científicas. Sus cuarteles de invierno estaban ubicados en Winter Harbour (74º N) en Melville island.

"Puesto que el momento en el que sol debía de reaparecer sobre el horizonte estaba cerca, comenzamos a otear desde lo alto del mástil para hacer observaciones, tales como la cantidad de refracción atmosférica, que podía ser visible antes que en circunstancias normales"

Los hombres de Parry escalaron y permanecieron de guardia en lo alto del mástil, durante cortos periodos de tiempo para evitar congelaciones, con objeto de realizar las observaciones necesarias en el momento en el que el sol apareciese, cosa que ocurrió  el 3 de febrero de 1820. La temperatura era de - 38 ºF, casi la misma que en grados Celsius en este caso.

"A 20 minutos del aparente amanecer, el sol fue visto desde lo alto del mástil del Hecla a una altura de cincuenta y un pies sobre el mar, siendo esta la primera vez que veíamos esta luminaria desde el 11 de noviembre, un periodo de ochenta y cuatro días."

Se hicieron observaciones sobre la luz, la refracción y otros eventos, pero aparentemente no se celebraron fiestas ni nada por el estilo. Lo que Parry hizo cuando hubo suficiente luz, fue comenzar los preparativos para zarpar de nuevo. Aquella fue realmente una larga noche, quizás una de las mas largas experimentadas por ningún otro explorador anterior.

Durante la segunda expedición de Parry (1821-22), pasaron un par de inviernos cerca de Igloolik. Igloolik está ubicado a solo unos pocos grados por encima del círculo polar, de manera que la noche perpetua no lo es en realidad tanto. Durante su segundo invierno, el sol fue recibido como sigue:

"El 19 de enero de 1823, el cielo se despejó, fuimos entonces gratificados con la visión del sol, y  se vieron numerosas partidas de paseantes  en diferentes partes de la bahía disfrutando de la novedad y el esplendor de esta gratificante y gloriosa visión...Los esquimales que estaban en los barcos hoy antes de que el sol saliera dijeron que lo veríamos hoy, y  con gran confianza, aparentemente. Es cierto, no obstante que en esta ocasión no tuvo lugar ninguna danza del sol ni ninguna otra festividad...su única de expresión de satisfacción ante este evento fue parecida a la nuestra."

De nuevo, no hubo celebraciones ni fiestas, Parry no estaba impresionado por el regreso del sol, quizás estaba mas preocupado acerca de como alcanzar sus objetivos. Él, después de todo, tenía una reputación que mantener y a un imperio entero expectante vigilando sus espaldas.

Por supuesto que hubo mas ejemplos como estos que he contado aquí. Ya iré indagando un poco mas en la próximas semanas. Una de mis historias favoritas relacionadas con la vuelta del sol está relacionada con el invierno de 1848-49 que James Ross´s pasó en Port Leopold (también a 74 ºN).

Para celebrar la vuelta del sol, se organizó una carrera que consistía en escalar la colina que dominaba la bahía donde su barco se encontraba todavía atrapado por el hielo. En aquella carrera participó Henry Mathias, el ayudante de cirujano del HMS Enterprise. Hace un tiempo escribí en el post que he vinculado unas líneas mas arriba acerca de aquel momento:

"La carrera la ganó Mr Court que llevaba una pequeña paleta en cada mano, así que imaginad como era de inclinada la pendiente, la temperatura era de - 49 ºF, (-45ºC). ..., fue un evento feliz que pronto se nubló cuando Mathias comenzó a escupir sangre y a perder fuerzas rápidamente desde ese momento"

Lamentablemente, Henry Mathias murió en Junio de ese mismo año. Aparentemente ya estaba enfermo de tuberculosis cuando partió de Inglaterra, su estancia en el ártico no debió hacer sino empeorar su estado de salud. Su cadáver yace aún en Port Leopold junto con el de otros tres compañeros de expedición.

Como os he dicho seguiré estudiando otras expediciones de la época, he leído en varias ocasiones sobre este tema, solo tengo que recopilar la información y escribirla. Trataré de seguir un orden cronológico y mostrar como se vivieron aquellos momentos por los diferentes capitanes y tripulaciones. Ya iremos viendo.

The sun was received by polar explorers after a long winter, as if they had found an oasis in the middle of the desert  after being deprived of drinking water for as long as a week. Depending on the latitude they were, the sun could stay hidden from their view for a period of time which could vary from several days to months. 

There are people who say you may even experience physical reactions when the sun sets for last time before the beginning of the long Arctic winter nights. Sun means light, heat and high spirits in clear contrast with the long polar night which means darkness, cold and usually, depressive attitudes.

The returning of the sun was an inflection point to all those expeditions which spent at least a winter at high latitudes. Not for all though, only for those which had crossed the Arctic circle. I haven´t looked for that reason on the narratives of expeditions like my dear Coppermine expedition by Sir John Franklin and in others of that kind which never crossed the Arctic circle, but only on those who did it.


The Sun was always welcomed cheerfully and happily by the crews of the ships which had stayed beseted by the ice for the long freezing months of the Arctic winters. Sometimes, its expected rising was even depicted in watercolours or engravings of some sort by the officers on board. I recently bought one of those drawings which inmediately caught my attention when I saw it in the Internet. It was the brightness of its colours and the attitude of the men who appear in the scene which inmediately captivated my eyes.


Returning sun in the Arctic regions
Likely from one of Elisa Kent Kane Expeditions published in "Sunday at home" february 1870
As it happens with digital photography, colours seem to have been enhanced somehow by the development process of the picture and it happens that actual colours are much more faded. 

The coloured illustration comes from the religious journal called "Sunday at home" february of 1870 (page 468). According to what I have read in the publication this particular drawing comes from one of Eliza Kent Kane´s expeditions.

But let´s review how was the sun received by those intrepid and gallant explorers. 

In Parry´s account of his first journey of 1819-20 on board the ships HMS Hecla and HMS Griper as a leader, it is pages and days before the sun actually rose that Parry began to speak about it demonstrating how strongly they missed being warmed by its rays. They had their winter quarters located in Winter Harbour (74 ºN) in Melville Island.


"As the time was now near at hand when the sun was to re-appear above our horizon, we began this day to look out for it from the mast-head, in order that some observations might be made, as to the amount of the atmospherical refraction, which might render it visible to us sooner than under ordinary circunstances"

Parry´s men climbed to the top of the mast in a succession of short shifts to avoid frostbites. He wanted them to observe its first appearance which happened about the third of february of 1820. The temperature was of - 38 ºF, same than in celsius in this case.

"At twenty minutes before apparent noon, the sun was seen from the Hecla´s main-top, at the height of fifty one feet above the sea. being the first time that this luminary had been visible to us since the 11 th of november, a period of eighty-four days."

The light, refraction and other events were observed but apparently there were no parties nor any other special celebration. What Parry did when he had enough light was beginning preparations to set sail again. That one was a long night, maybe one of the longest endured by any previous explorer of those regions. 

During his second expedition he spent a couple of winters near Igloolik. Igloolik is only a few degrees over the Arctic circle so the perpetual night wasn´t that perpetual after all. During the second winter the sun was welcomed as follows:

"On the 19th (january 1823), the weather, having at least cleared up, we were once more gratified with a sight of the sun, and numerous parties of walkers were seen in various parts of the bay, enjoying the novelty and splendour of this cheering and glorious sight....The esquimaux who were at the ships today before the sun rose particularly said that we should see it, and appaarently with great confidence. It is certain however that on this coccasion no sun-dance took place nor an other festivity... their only expression of satisfaction at this event being of the same geneal nature as our own."

Again no celebrations nor parties, Parry was not impressed by the returning sun, he maybe was more concerned about the accomplishment of their objectives. He, after all had a reputation to keep high and an entire empire watching his back.

Of course there were more examples like those I have explained here, I will dig in some of them in the coming weeks. One of my favourite stories related with the returning of the sun is the race which was organized during the winter James Ross´s spent in Port Leopold (74ºN) in 1848-49. Henry Mathias, the assistant surgeon of HMS Enterprise. The race consisted on climbing the hill which dominates the bay and it happened the 27th of february of 1849. Quoting myself from a previous post about the small graveyard which was once built there by James Ross:

"The race was won by Mr. Court who carried a scraper in each hand, so imagine how steep was the slope, the temperature was -49 F (-45ºC). According with the reference, that was a cheering event which was soon shadowed by the fact that Mathias began to split blood and to lose strength."

Henry Mathias died in june of that same year, apparently he was already sick when he departed from England. His body still lies in Port Leopold together with other three shipmates.

I will study other expeditions trying to follow chronological order and see how all those events were experienced by the different captains and crews.





2 comentarios:

  1. Así que éste era el gran misterio. ENHORABUENA, ya tengo ganas de verlo con mis propios ojos y tocarlo con mis manos, si es que me dejas.
    La idea de recuperar esas impresiones es buena. Me gusta. Yo me he pasado la mañana leyendo sobre las primeras expediciones a los pasos del Noroeste y del Noreste, nada nuevo, simplemente recordando cómo se desarrollaron.
    Lo dicho, ENHORABUENA, por la pintura y por la idea.

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  2. Gracias Javier, ya ves que no era tan misterioso como parecía. Tenía intención de hacer un post mucho más largo y concienzudo, pero ya ves... no he tenido mucho tiempo...así que he decidido dividirlo en varios capítulos. Espero poder profundizar sobre el tema en breve.

    A ver si experimentamos en nuestras propias carnes esta sensación.

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